'he conocido a alguien,
mi amor, y se ha colado por la herida que tanto te empeñaste en mantener
abierta.'
me engaño y me repito que no me has olvidado, que me
esperas. me pregunto mirándote a los ojos de una fotografía sin dolor, si tan
bien te has creído tu papel o nada de esto forma ya parte del guión. te miro y
desgasto la tinta de esto que llaman sangre en relamerte por dentro. en
sonsacar de ti aunque sólo sea una mueca de mí. me mutilo, me mutilas y yo
mantengo la herida abierta sin saber por qué. mi amor, no lograba entender por
qué. sentía la necesidad de sufrirte gritando en silencio tu prohibido nombre.
llorándole al mar para que nadie pudiese notar esta tristeza mía. me
preguntaba, mi amor, por qué esta cicatriz me hacía tanta compañía en días de
lluvia y entonces bajó una estrella y empezó a orbitar sobre mis dudas y lo
entendí. apareció de la nada y cayeron de mis ojos tantas vendas como espinas
en carne viva. los clavos ardiendo que dejaste los sujetó con sus dedos y los acercó
a mis ojos y me obligó a mirarlos. se empeñó en que viese lo que tanto me había
estado consumiendo. me explicó que no debía temerle a tu recuerdo, que debía
aprender a sonreír de nuevo. me preguntó, mi amor, me preguntó qué hacía un invierno como yo en un verano como éste y me
besó muy despacio. sus labios eran asteroides y colisionamos. nos
fusionamos. me miró entonces y me susurró bajito si podía colarse por el hueco
de una de tus tantas puñaladas que con tanto cuidado intenté mantener intactas. se quedó allí a dormir, en mi cuerpo, donde habitaban las
pesadillas que olían a ti. sólo así dejé de recordar tu olor y fue muy triste y
a la vez hermoso. casi melancólico. entonces entendí el por qué de mantenerte
tan presente. por qué incitaba a mi cama a que te soñase cada noche. por qué
abrazaba tu recuerdo y por qué me sabía tan dulce la espera de algo que ya no
iba a llegar. yo pensaba que tú también me estarías esperando, qué ciega
estaba. qué tonta he sido. pero bajó una estrella, mi amor, colisionamos y se
coló por mis heridas, por las heridas de
ti. me levantó la piel muy despacio y con cuidado y me acarició los nervios
de los huesos. me desinfectó de tus labios con su saliva y ahora entiendo por
qué quise mantener mi corazón expuesto a la intemperie. sólo desde dentro podría
cicatrizarte y ahora lo entiendo. y duele, pero es un dolor suave, es una
lectura en braille sobre mi piel, es una explosión de sinestesia que te está
borrando por completo, poco a poco pero por completo. así que gracias, mi amor,
gracias por tus ojalás con destino a ella, por tantos disparos cargados con
balas de lluvia, por jugar con la
palabra huida como si no fuese a
dolerme sabiendo que era de mí de quien huías. cuesta abajo, mi amor,
esta estrella me dice que te olvide, cuesta abajo.
Mónica Gae.
Bravo, señorita Gae.
ResponderEliminarclap clap clap ;)
EliminarOtra obra de arte que se asemeja a mi realidad... Sublime señorita :)
ResponderEliminarproducto del insomnio, no yo :)
EliminarHablando de colisiones... leyendo este texto algo se ha estrellado en mi cabeza en forma de recuerdo (con fuerza y un poco de desgarro).
ResponderEliminarEra una canción.
Déjame entonces y por una vez poner música a estas líneas.
http://www.youtube.com/watch?v=phktiVZqUbQ
Feliz insomnio,
Sand.