jueves, 31 de mayo de 2012

Sin finales tristes ni finales felices. Sin finales.

Con cascos, como siempre, mejor :)



Pasarán los días y dirán que ya es verano, que la primavera le ha vuelto a ceder el turno como cada año. Pasarán los días, y mis manos se volverán de hielo, la playa se congelará y yo volveré a vivir en los pequeños momentos, en los puede ser y en los quizás que no llegaron. (En los muchos otros que debimos evitar.)

Pasarán las horas, y tú te encargarás de sabotear de nuevo mi corazón, avivando la llama siempre el segundo antes de apagarse, de volverse ceniza. Llegarán tus ojos deslumbrando lo que nunca supieron valorar, y yo, presa de algo más que ellos, volveré a engañarme con tus promesas.

Dime, ¿cómo podría evitar volver a entrar en ese laberinto de sábanas? No necesito más caricias de una noche, no necesito despertarme y hacerme la dormida mientras veo cómo muy despacio, intentas escapar de la cama sin hacer casi ningún ruido, parándote siempre un segundo antes de salir por la puerta, como queriendo inmortalizar algo que consciente, dejas escapar.

No te imaginas cuándo duele verte sabiendo que tú crees que sigo soñando. Cómo duele sentir tu respiración un par de veces al año siendo consciente de que quizás, sea la última vez que pueda sentirla.

Se acerca el verano, mientras escribo se acerca el verano.

A veces me gusta pensar que esta vez sí tendré valor para ser indiferente, para no caer en la tentación de tus lunares, para no ensimismarme con los millones de diminutas pecas que acompañan tu nariz, para no volverme de nuevo adicta al movimiento de tu pelo.

Sin embargo, una vez te dije que algún día, sería yo quien se volvería de piedra y sería yo quien escapase a las cuatro de la mañana por la puerta de la habitación.

Y este año ha pasado algo que me ayuda a pensar que ésa vez, es ésta vez. Este verano. Este Julio, Agosto y Septiembre.

-Que ya no quiero ni tengo fuerzas para seguir siendo tu marioneta; que ya he aprendido desnudarme de tus cuerdas.-

Y es que he conocido a alguien y, aunque apenas sabe de mi existencia, sabe que existo. Y eso es suficiente para alimentarme del ritmo de su corazón así como un día me alimenté del tuyo.

“Apenas sabe de mi existencia”, quédate con esa frase.

Porque bien sabes que mientras siga así puedo sobrevivir eternamente a base de sueños. Esta vez no cometeré los mismos errores que cometí contigo, esta vez, mantendré tanta distancia como sea necesaria con tal de que nunca pueda conocer cómo realmente soy.

Como he dicho, no volveré a cometer los mismos errores que cometí contigo.

Esta vez, voy a enamorarme de alguien que nunca intentaré tocar, que nunca podría probar. Voy a enamorarme como debería haberme enamorado de ti, en silencio, muy lejos,

..sin finales felices ni tristes,

Sin finales.



Mónica Gae.


PD: Si os gusta y lo compartis, me haríais un favor grande grande. :)



domingo, 27 de mayo de 2012

Entre sábanas, clavículas, y otras esdrújulas.

Con cascos, mejor :)



Esta noche, quiero que te cueles en mi cama y seas cada palabra que susurre la almohada, quiero que seas poesía, un libro antiguo con una dedicatoria mágica.

Quiero que seas mi invierno todo el año, quiero poder bañarme en tu playa con bandera roja.

Esta noche, serás mi palabra aguda, empezando por la tentación y acabando por la atracción fatal de tu piel, cuando la eriza una canción. Serás mi sed, mi sol, serás mi primera vez un día de Octubre.

Serás mi prohibida constelación.*

Esta noche, serás mi palabra llana, serás mi aire, mi agua y mi fuego, serás el morbo que caliente mis ganas, cuando no nos quede nada. Serás mi delirio de una noche sin Luna, serás cada lunar de mi espalda formando el mapa que te lleve a mi cuerpo.

Serás mi palabra esdrújula, mi éxtasis, mi clavícula. Mi mayor pecado sin despertador que lo interrumpa. Soñaré toda noche bajo las sábanas de tu pelo, bailaremos al son de una canción que nadie, jamás, podrá tocar.

Esta noche, quiero que seas mi libro preferido, el que abandoné en aquella Feria como símbolo del mayor crimen pasional que jamás he cometido. El dolor que nos provocamos debería estar castigado con la peor condena, una en la que ni tu ni yo pudiésemos volver a tocar el cielo.

Pero esta noche, no habrá distinción entre el cielo y el infierno, quédate conmigo y te lo demuestro.

Porque voy a convertirte en una fotografía desgastada con los besos que nunca me dejaste dar. Voy a congelar tu frialdad haciendo de tus manos la mejor pluma con la que escribir en mi espalda.

Déjame soñarte cinco minutos más, esta noche prometo alcanzar tu piel.*

Déjame pensar que tu nombre es la mezcla de todas mis letras preferidas. Mi delirio de media noche, mis ganas dejar a un lado las palabras bonitas para llevarte a mi cama y.. dejar de ser romántica.

Hacerte pecar una y otra vez en las ideas más ocultas que pueda imaginarse tu razón. Hacer el (des)amor y fingir que nos querremos para toda la vida.

Mañana saldremos por la ventana, tu y yo, pero separado. Sin mentiras, ni despedidas, sabes que siempre las he odiado. Huiremos del campo de batalla como responsables de haber provocado la guerra.

Mañana volveremos a nuestro estado original. A soñar con las palabras y a jugar con los papeles. A inventarnos acordes que describan con todo detalle el devastador estado en que nos dejamos.

Mañana, serás tú, y nadie más, mis palabras favoritas entre tantas otras, serás mi aguda, mi llana, mi esdrújula.

Pero esta noche, tus manos no escribirán ninguna, esta noche, tus manos tendrán que hacer exactamente...

...lo que las mías les digan.


Mónica Gae


PD: ¡tengo Tumblr! Ahí escribo sin pensarlo demasiado lo que se me cruza por la cabeza, os lo pongo por si os interesan mis  desvaríos mentales  http://monicagae.tumblr.com/


(Si os gusta y compartis, me haceis feliz) :)

domingo, 20 de mayo de 2012

Mi patético escondite.


Últimamente tengo un presentimiento extraño, como si estuvieras cerca pero no te quisieras acercar.
¿Y sabes? No te culpo. Soy algo parecido a una bomba de relojería que destruye todo cuanto me rodea, aléjate ahora que puedes. Aléjate porque ya he rozado tu piel y desde ese mismo instante no he parado de temblar.

Aléjate, porque estoy apunto de escribir en voz alta que ya te conozco, que te he conocido. Y lo peor, es que fui yo quien no tuvo valor para darse a conocer. Para quitarme este absurdo miedo que me impide hablar, para mirarte a los ojos sin esquivar la mirada.

Tu mirada..

Juraría que son los ojos que quiero mirar el resto de mi vida. Juraría que si no lo son, no quiero volver a mirar otros.

Hoy he jugado al escondite con mi inseguridad, intentando engañarla para no volver a verla. Quería imaginar lo que se siente al poder caminar desnuda mientras las olas juegan a acariciar mis pies. Quería imaginar cómo sería estar en frente tuya. Tus ojos me quitaban una prenda por cada pestañeo, por eso huí después del último cigarro.

¿Te volverías a fumar uno conmigo? La nicotina será el único invitado.

Qué ironía mas ingenua.. siempre acabo asociándote con alguna droga cuando la única droga que lleva tu nombre la esconden tus labios y jamás los he probado. Qué metáfora tan pobre pensar que el fuego derretiría un corazón que no es de hielo. No ahora, no esta noche. No mientras escribo con tu piel entre mis manos.

Tu piel. Mis manos.

Suena bien. Deberíamos dejarles solos, ver cómo se llevan y recogerlos después de un café largo. ¿Te atreverías? A mí me gusta frío, con hielo y mucho azúcar.

Muchísimo.




(Espera, ya esta aquí.)



La inseguridad siempre acaba encontrándome,

….. y yo nunca he sabido esconderme bien.
 


Mónica Gae.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Mi éxtasis auditivo, (tu) voz de terciopelo.

¿Me haceis un favor? Escucharlo con cascos.






A ti, mi música, mi acorde imposible. Mi canción perfecta en una noche de lluvia, la voz de un ángel camuflado en mis oídos. Dime que nunca sellarás tus labios y yo siempre escucharé tu voz, hace tiempo que venciste a mi despertador.

Déjame soñar cinco minutos más, anoche casi pude tocar tu piel, (mañana lo intentaré otra vez.) Mientras tanto, sigues siendo mis buenos días, mis buenas noches y mis medias tintas. El punto exacto de una debilidad dormida.

Eres la nota afinada que desafina con cuidado un corazón sin melodía. -Mi corazón- libre de cualquier ritmo que puedan provocar tus manos.

Cántame despacio que te quedas, cántame que me buscas y prometo alcanzar tu piel. Pecado de terciopelo que sueño con poseer. Lo único capaz de trastocar el mobiliario de mi cuerpo, cada nota de mi inexistente entonación. Yo te escucharé en silencio, a salvo, bajo unos cascos blancos en mitad de cualquier parte. Muy quieta, sin llamar demasiado la atención, buscando sólo encontrar la tuya. Captando hasta el más ínfimo de los detalles de tus ojos.

Nunca vistos..

Porque sé que cualquiera podría enamorarse de una canción, pero yo me he enamorado de lo que no cantas. Del principio y del final de cada historia, de cada sorbo de agua que bebes después de un estribillo agudo. Alguien debería inventar un sentido más para poder contemplarte, de arriba abajo, de lado a lado. Todos y cada uno de los lunares de tu espalda. Préstamelos, los uniré cuidadosamente hasta dibujar nuestra propia constelación. La llamaremos Puntos Suspensivos, acercando a Zero la velocidad de cualquier planeta.

Porque cuando tus manos acarician la guitarra, una parte de mi, en un momento de debilidad, sueño que soy yo una de tus cuerdas. Quizás la que menos utilizas, la que menos rozas, la menos importante.. y sin embargo, tan necesaria como cualquier otra.

Porque entraste a mi vida por mi oído haciéndolo objeto de envidia de mis ojos... por llegar primero. Y mientras, los otros tres sentidos sueñan con conocerte un día.

Dime, ¿podrán conocerte un día?

Supongo que lo mágico de soñar con los ojos abiertos es poder ser más irracional incluso que en los propios sueños.

Y es que algunos te llaman música y yo te llamo dosis durante cuatro minutos, mi chupito diario del aire justo para poder vivir. Yo te llamo éxtasis, tentación prohibida en la que quisiera caer. Ese pecado dulce justo antes de volverse amargo.

Y dime cómo interpretar que los escalofríos que me provocan todos tus movimientos fueran hasta ahora una droga completamente desconocida para mí. Porque empiezan muy abajo, lentos, tímidos a subir con prisa. Porque recorren cada una de las vértebras de mi espalda, llegando a mi cuello y haciendo de él un pequeño mirador donde jugar un rato.

Ese es el mejor momento, ¿sabes? Justo antes de llegar a la nuca. Ahí se desvanecen en el aire esperando la llegada del próximo. Y el próximo, y el próximo.

A veces me causas tantas incógnitas que me asusta pensar en las consecuencias que habría de conocer las respuestas.

De momento, me conformo con lo idílico de idealizarte. Con lo absurdo de soñar con algo que nunca podré probar. De momento, me conformo con permanecer muy callada esperando, que algún día, Youtube patrocine las casualidades más absurdas y esto, caiga en tus manos,

(y por soñar)

...tú en las mías.


Mónica Gae.


NOTA: ¿Alguna vez te ha llegado tanto, tanto una voz, una canción, (una persona), que logra quedarse en algún rinconcito de tu cuerpo sin intención de salir? Pues eso. Dedicado a alguien que dice hacer música; yo digo que fabrica sueños en camas abandonadas. Un día llegó a la mía, a eso de las tres de la madrugada, y lo que empezó con una sola canción se convirtió en cuarenta y dos y hoy, a la misma hora, tres de la madrugada de algún tiempo después, escribo esto.

(Se agradecen opiniones, y si os gusta y lo compartís, además, me sacais una sonrisa. Y si os suscribís... un infarto de felicidad)

:)

Mónica Gae

domingo, 29 de abril de 2012

Delirios de tu boca justo antes de dormir.



Hoy, como cada noche, he mirado el móvil justo antes de meterme a la cama. Me he quedado en pause por un momento y he tenido que encender otra vez el portátil. Tenía que escribir esto.

Echo de menos tener un whatsapp tuyo diciéndome lo mucho que te encantaría abrazarme hasta que sonara el despertador. Echo de menos hacerme la dura y que me ablandaras con sólo un beso. Echo de menos reírme de ti cuando hacías el tonto, que te rieras tu de mi cuando lo hiciera yo y llamarte patoso.

Últimamente me olvido de todo menos de pensarte.

Creo que quiero aislarme de momentos como este, de pensar en ti teniendo una hoja en blanco cerca. Escribir todo lo que llevo dentro y no poder borrarlo. Escupir como si fuera fuego que te quiero, que aun te quiero. ¿Sabes? Creo que lo que más echo de menos, ante todo y con infinita diferencia, es despertarme en mitad de la noche y darte un beso con cuidado. Poner mi mano sobre tu pecho y sentir que sigues respirando. Acariciarte lentamente captando cada detalle de tu cuerpo y volver quedarme dormida escuchando los latidos de tu corazón.

Esta noche me haría falta un mensaje tuyo diciéndome que me quieres, que aun me quieres. Que me echas de menos o, simplemente, que estas pensando en mi. Aunque solo sea un poco, a lo lejos. Muy, muy poco.

...me bastaría.

(Aunque supongo que sólo es la falta de sueño, no me hagas demasiado caso. Buenas noches...)



Mónica Gae

viernes, 27 de abril de 2012

Impaciente brillo de media Luna




Perdóname, Diciembre. Perdóname por haber besado otros labios, buscando los tuyos. Perdóname por haber acariciado otra piel, por haber creído escuchar tu voz. Perdóname por mi impaciencia, por fundirme en otras sábanas. Mi mirada nunca ha dejado de buscarte, te sigue buscando. Con cada amanecer y en sueños,

sólo te busco a ti.

Perdóname por haber creído querer a otro corazón, ilusa de creer tenerte. Todas mis lágrimas te pertenecen, soy tuya. Te pertenece cada centímetro de mi alma, mi cuerpo, mis sueños y mi futuro. Te pertenezco desde el primer momento en que latió mi corazón. Desde la primera sonrisa, el primer fracaso y la última noche. Nuestra noche. Por eso te amo y por esto te espero.

Te espero, aunque aun no te conozca porque sé que estas por ahí. Te espero hoy, te esperaré mañana y el resto de mi vida. Porque un día serás mío y podré decirte,

..... que te quería mucho antes de saber que existieras.

 

Mónica Gae

 PD: Habrá videos que sólo los suba al canal, estar atentos :)

miércoles, 25 de abril de 2012

Profilaxis sentimental





Supongamos que.. esta noche, con el peso de mi orgullo podría comprar cualquier avión que me alejase de ti lo suficiente como para no sangrar cada vez que menciono tu nombre.

Supongamos que el sólo hecho de escribir tus iniciales desgarran mi pecho con la intensidad necesaria como para morir por ello. Supongamos que esto no lo estoy escribiendo en el coche, completamente sola a las cuatro de la madrugada, mientras decido si arrancar o llamarte, aún no sabiendo las cifras que componen cada uno de los números tras los cuales escucharía tu voz.

Escúchame tu a mi..

Porque te he echado tanto de menos que podría jurar asociarte más al dolor que a cualquier otro sentimiento. ¿Y sabes? Supongo que en el fondo te lo agradezco.

Pues  la intensidad con la que conseguiste matarme hace de cada noche una nueva necesidad de escribir.. o romperme, de lo contrario,  como cristal que dice no ser frágil.

Créeme, si en tu nombre hago metáforas con el humo de cualquier cigarrillo es porque consigues matarme lenta y dolorosamente. Y supongo que por eso me gusta recordarte en cada calada que me acerque al sabor de lo que un día fueron tus besos.

Me pregunto si los seguirás dando con esa dulzura tuya que siempre te diferenció de resto. Si algún día volverás a mi vida para darme otro, o el primero de tantos últimos.
Supongamos que, decido empeñar mi orgullo, tragármelo y cedérselo a mi garganta, supongamos que me atrevo a decir en voz alta que te echo de menos. ¿Volverías? Supón que no hay día en que no me acuerde de ti, y cada vez que te pienso tenga que distraerme con cualquier tontería para poder parar.

Supongamos que me atrevo a decirte algo… ¿reaccionarias? ¿Crees que merece la pena suplicar una sola palabra de tus labios? Perdona, ni siquiera sé lo que estoy diciendo. No conozco el tono de tu voz y ya estoy inventando escusas para poder besarte. Para querer parar, y seguir, y parar.
Y así seguir haciendo de mi vida una jodida noria defectuosa de la que ya no puedo bajar. En la nadie quiere subir.

¿Subirías tú sabiendo que en cualquier momento podría derrumbarse? ¿Te sentarías conmigo sabiendo que podría ser la última experiencia de tu vida?
Bienvenido a mi mundo..  donde cada gesto podría ser el último. Donde cada texto podría ser el final de un cuento en el que por supuesto.. no hay príncipes, ni princesas, ni castillos encantados pero sí mazmorras.

Porque escribirte a ti se ha convertido en una historia en la que los dragones intentan escalar por la torre en busca del beso que despierte al fuego que quemó su garganta.

Quémame tú a mí, despacio si eres tú quien sostiene el mechero. Yo prometo no quejarme.

Prometo dejar de suponer que existes para escribir en voz alta que mis manos han logrado envolver a tu cuerpo. Prometo dejar de suponer…

Que escribiéndote esto, llegaré a conocer algún día el nombre hacia quien van dirigidas todas, y cada una de estas palabras..

Dime, ¿te atreves a suponer todo esto conmigo o prefieres esconderte tras la pantalla de ese ordenador?

…perfecto


(Supongo que en el fondo lo sabía..)


PD: Publico desde nuevo canal, en este publicaré cosas del estilo del vídeo que acabáis de escuchar, y otros más cortos que no publique aquí en el Blog. Asi que, si os gusta y no os importa vuestra integridad auditiva, se aceptan suscriptores y comentarios y.. por supuesto, que lo compartáis donde y con quien queráis (a mí me sacais una sonrisa muy tonta con cada una de esas cosas)

Nombre del canal: algunosmellamanBeta


Mónica Gae.

viernes, 20 de abril de 2012

Para ti


Hoy os leo yo.

Escrito en el autobús en lo que duraba el recorrido y grabado en cinco minutos en casa, siento la mala calidad del sonido (y mi voz no ayuda demasiado) pero me apetecía sorprenderos con algo diferente.



 Ya me direis si os gusta :)

A ti, que no te conozco pero te quiero, que entraste en mi vida en el minuto exacto en que pudo latir mi corazón, a ti, que aunque suene extraño te conozco, pues he besado una eternidad de labios pensando que eran los tuyos, y he creído mirar cientos de ojos ajenos creyendo estar mirándote a ti.

A ti, que te escondes en cualquier ciudad, y jugamos a encontrarnos en cada esquina que teme ser nombrada. Que me acerco y... cuando estoy a punto de atraparte, cambias de cuerpo y desapareces.

Porque te estoy escribiendo a ti, y ni siquiera sé el color de tus ojos. Porque daría lo que fuera por saber si son oscuros, castaños, verdes o azules. Porque daría lo que fuera por saber a qué sabe tu piel, qué forma tienen tus caderas.

Porque me matas cada vez que creo haberte encontrado, convirtiéndote en el humo de cualquier cigarrillo cuando me atrevo a fumarte. Fúmame tú a mí, yo me quedaré para siempre en un rinconcito pequeño de tus pulmones sin hacer demasiado ruido, y llámalo como quieras. El piti antes de un examen, el del café, el cigarrillo de después y las caricias que ello conlleva.

Llámame nostalgia por querer tenerte a una edad tan temprana, llámame locura, bipolaridad, esquizofrenia, pero esta noche daría mi vida por conocer la tuya.

Dime, ¿Cuántos lunares tiene tu espalda? Quiero deslizarme por cada uno de ellos, dejando un suave rastro de éxtasis que puedan llevarme hacia tu cuello. Y una vez allí engañar al lóbulo de tu oreja, haciéndolo mío durante horas. Que poco a poco conozca mi lengua y.. en un descuido, llegar a tu boca. Quiero recorrer tu vientre haciendo un alto en cada gemido, quiero plasmar ese sonido en mi tímpano y recordarlo cada vez que tenga que echarte de menos.

Quiero hacer de tus piernas mi propio parque de atracciones, y que suban, y que bajen, y que me hagan sentir que el tiempo y la velocidad son tan relativos como las ganas de tenerte según sea de día o caiga la noche. Que las sábanas serán nuestro refugio en los días de lluvia, y de sol, y de viento. Y cada vez tengas frío, prometo convertirme en tu verano. Te podrás bañar en mi playa nudista cada vez que quieras, yo seré tu bandera roja, ese remolino en el agua para sumergirte en el delirio y el morbo más peligroso y adictivo que jamás hayas conocido, la arena que se cuele en cada recoveco de tu cuerpo.

A ti, te estoy escribiendo a ti, seas quien seas. Estés donde estés. Porque algún dia te encontraré y serán tuyas mis manos, mi boca, mis ojos. Y no podré volver a escribir en ningún lugar que no sea tu espalda, jamás querré dejar de mirarte mientras duermes. Y levantarnos con cosquillas, y hacer el café mientras te enciendes un piti, y contarnos los sueños aún medio dormidos, y despertarnos con una ducha en la que vuelvas a hacerme tuya.

Tuya, soy tuya, sea cual sea tu nombre. Sea cual sea el acento de tus labios o el tono de tu piel. Soy tuya y aún no te conozco, pero... algún día lo haré.

Porque cada vez estoy más cerca, y he estado casi segura de tenerte en infinitas ocasiones aunque el aire se haya encargado de expandir tu perfume así como el tiempo borrará la tinta de estas letras. Porque no fuiste tú el que jugó a buscarme en el puerto, ni fueron tus manos las que recorrieron mis piernas, ni fuiste tú quien me secó las lágrimas en aquel avión ni quien me regaló una pulsera un día de feria. Pero sin embargo, cada minúscula parte de mi pasado me tienen hoy escribiéndote canciones, inventándome acordes.. o diciendote esto. Porque cada paso que di con quien creí que eras tú, me acercan a escuchar tu risa,

A conocer tu nombre, el color de tus ojos, el tacto de tu piel, las atracciones de tu cuerpo. Tú serás mi montaña rusa y yo la niña que espera en la cola, callada, tímida y a veces demasiado romántica, pero tú seguirás siendo mi montaña rusa.

Y yo... ya estoy esperando en la cola.



Mónica Gae.

martes, 17 de abril de 2012

Sueños con insomnio.


Ha sonado el despertador y mi cabeza dice que sigues aquí, poniéndome nerviosa y consiguiendo que mi mirada sea incapaz de mirar tus ojos. No, no quiero mirar tus ojos, no quiero enamorarme tan fácilmente. 

No quiero tocar tus manos porque sin conocerlas, quiero que sean las únicas que acaricien mi piel cada noche, y no estoy segura de poder controlarme si me rozas antes de tiempo.

¿Sabes esos sueños en que todo parece tan real, tan, tan real, que al despertar, necesitas unos minutos para pensar y darte cuenta de que todo ha sido producto de tu imaginación?

En mi cabeza, tú eres así. Así te describiría ahora mismo. Necesito unos minutos cada vez que hablo contigo.

¿Realmente eres como dices ser? ¿….como pareces ser?

Yo en realidad soy muy, pero que muy corriente. De las que se enamoran en contadas ocasiones pero en cuestión de segundos. De las que cruzan una mirada con un desconocido, y necesitan parar unos segundos para deshacerse de la taquicardia que le acaban de provocar unos ojos completamente ajenos.

Tengo tus ojos clavados en mí y ni siquiera te he mirado. ¿Eres consciente de lo estúpido que suena eso? Porque yo sí, y lo volvería a escribir.

Quiero besarte lentamente y captar cada minúsculo detalle del momento, que todo se pare y la ciudad comience a girar a nuestro alrededor. Quiero que el sonido de los coches se detenga y sólo escuche los susurros de tu boca pegada al lóbulo de mi oreja. Pero lentamente, muy lentamente.

¿Y si paramos el tiempo cuando eso ocurra? ¿Y si dejamos que ocurra?

Qué idiota puedo llegar a ser cuando escribo y de fondo suena una acústica lenta. Ni siquiera sé si querrás besarme. Ni si quiera sé si querrás tocar mis manos, rozar mi piel.  Parar el tiempo conmigo.

¿Hasta qué punto es sano idealizar a alguien? ¿Cuándo deberíamos parar? ¿Y tú, serías capaz de parar?

Yo no, no creo.

En mi cabeza todo lo normal puede convertirse en una escena de la mejor película con sólo cerrar los ojos, el problema llega cuando hay que volver a abrirlos.

¿Y si no los abrimos nunca?

A veces pienso que vivo de mi imaginación. Pero qué quieres que haga, allí todo puede cambiar con sólo desearlo. Cada momento tiene su canción, y siempre, siempre hay una canción. Allí no bajo la mirada, no necesito más seguridad de la que invento tener. Allí, en mi cabeza, estas tú y estoy yo.

Allí, ahora, te llamas Dorian y tienes la piel más suave que jamás he tocado. Allí, ahora, te llamas Dorian y sería capaz de hipnotizarme con tus ojos eternamente. Allí te besaría cada noche, cada mañana, en cada momento que tú quisieras. Allí, ahora, te llamas Dorian y existes.

Pero esta amaneciendo y ha llegado el momento de salir de la cama. De abrir los ojos y descubrir que todo ha sido parte de un sueño, 

...o abrirlos y descubrir que sigues aquí, diciéndome que vuelva a la cama, que me acurruque entre tus brazos




…y sigamos durmiendo diez minutos más.



¿Qué parte prefieres? 



Mónica Gae.

sábado, 14 de abril de 2012

Empújame.


¿Cuánto de ti hay frente al espejo? ¿Cuánto te dejas en él al salir cada mañana?

Prejuicios, normalidad, complejos. ¿Tan difícil es dejarnos ver tal y como somos? ¿Tanto nos gustan los disfraces?

En lo que pueden dar de sí 15 días ocho personas han entrado, por así decirlo, en mi vida. Unas con invitación, otras por la cara. Pues bien, este texto es para una de esas personas.

Tú no sabes cómo soy, no puedes saberlo. ¿Cuánto de mí crees que me dejo en cada cubata? ¿Cuánto cuesta mi corazón? 
Al parecer, si es con Redbull, cinco pavos.

Lo cierto es que a cada sorbo me siento más segura. Lo cierto es que, con cada chupito, me alejo más y más de la persona que suelo ser.

Y tú, que no sabes esto, me invitas a otro más.

Perfecto. Ahora dejo de ser un simple bicho raro para ser un bicho cualquiera que intenta bailar al son de cualquier canción.

¿Así te gusto más? Te asustarías si me vieras por dentro.

A mí no me gusta la música si no la elijo yo. A mí no me gusta Pitbull, Don Omar y la madre que los parió. ¿Conoces a Zetazen? ¿Conoces a Ruidoblanco? ¿Conoces esta canción? Bienvenido a mi mundo. ¿Ahora te gusto un poco menos, verdad?

Eh, pero tú no te inmutes, que esto lo estoy escribiendo medio borracha. Así que aprovecha, que mientras aún voy con cierto grado de alcohol en el cuerpo sería capaz de reconocer cualquier cosa. De escribir cualquier cosa. Pregúntame. ¿Qué quieres saber de mí? Te prometo que me quito el disfraz.

Lo cierto es que, últimamente, me pierdo con cada segundo que el reloj decide pasar. Es como si me hundiera en un mar que yo misma estoy creando. Mi propio mar de lágrimas que nadie ve, supongo.

¿Te vienes conmigo? ¿Nos hundimos a la vez?

Necesito que me empujes por la puerta de mi propio miedo. Necesito que me digas que seguirás ahí si me descubro, si dejo que me veas. ¿Seguirás ahí, o prefieres tomarte esa copa?

Perfecto. Supongo que yo también. Que sea Ballantines, por favor.

Ni te imaginas lo acojonada que estoy de mí misma estos días. De lo que podría ser y no soy. De lo que los demás quieren que sea y yo, como un títere, finjo ser.

¿Y si nos saltamos las normas por un rato?

¿Y si cerramos los ojos y fingimos que haga lo que haga, no pasará nada?

¿Y si finges que me quieres en tu vida aunque sea una tapadera para entrar yo en la tuya?

Quiero entrar en tu vida, en tu mundo. Quiero ser de carne y hueso, quiero ser real y que nadie me juzgue por ello.

Porque creo que me he vuelto adicta a ti y tú ni siquiera te has dado cuenta. Porque me descubro viendo tus fotos y tú ni siquiera te lo imaginas. Porque con cada una de ellas, desearía más y más tener valor y quitarme este antifaz.

¿Y sabes lo mejor?

Que seguramente tú ni siquiera leas esto y si lo haces, no podrías imaginar que hablo de ti, así de imbécil soy a estas horas de la noche. 




Mónica Gae.