martes, 3 de enero de 2012

El polvo inesperado.


Llamémosla Beth.

Beth escribe un blog. Al igual que vosotros un día llegasteis a éste yo un día fui a parar al suyo. Desde entonces es una de las tantas páginas que siempre abro cada vez que enciendo el portátil por si acaso hubiese una entrada nueva. Hasta aquí una historia como otra cualquiera. Como dato añadiré que las entradas de Beth son en su mayoría muy subiditas de tono. Beth es de Madrid y  yo de Murcia, pero como sabréis (y si no os lo digo yo) me encanta patearme cuantos destinos se me pongan por delante. En verano me propusieron ir a Madrid. Yo acepté sin pensarlo.

Le envié un privado diciéndole lo muchísimo que me encantaba leer sus palabras. Me contestó con una carita sonriente y yo le propuse un café en La Puerta del Sol. Aceptó.

(Espera. Creo que quedará mejor si lo escribo en modo directo)


Hace calor, muchísimo calor. Estamos en pleno Agosto y he quedado con Beth. Estoy extrañamente nerviosa, me pasa cuando admiro a alguien. Son las cinco de la tarde y llevo dos días en la capital. Yo, que soy capaz de equivocarme de línea de metro y acabar en la otra punta del país, le propongo quedar en la Puerta del Sol. ¿Sólo hay una Puerta del Sol, no? –pregunto bromeando. Maldición. Si lo he escrito no captará la ironía y pensará que soy una completa cateta de pueblo. Sdfnsugñhisfg. Sí, tranquila –me responde a secas. Ya está. Si es que soy idiota.

La veo a lo lejos. Hemos quedado a las 19.00 pero ambas llegamos diez minutos antes. Yo guardo las distancias por un momento, nos deben separar 50 metros. Parece natural, me gusta la gente natural. Tiene la tez pálida y el pelo negro. Lleva unas gafas de sol oscuras, vaqueros y una camiseta blanca. Lleva una mochilita gris y verde. Me gustan las mochilitas.

Me acerco. Me entra por un momento el pánico y agacho la cabeza. Maya, ¡levanta la mirada! No es un extraño por la calle, va a pensar que eres imbécil. Me convenzo y levanto la mirada. Se quita las gafas y nos damos dos besos. Me dice si es la primera vez que vengo a Madrid y respondo que no. Me pregunta si quiero ir a algún sitio en especial y respondo que no. “¿Tú no eres de muchas palabras, no?” (Ella no lee mi blog, eso lo tengo superado.) Bueno, cara a cara me cuesta arrancar respondo yo. Sonríe. Le pregunto si todo lo que escribe es real y me dice que los mejores textos siempre lo son. (¿he dicho ya que lo que escribe es muy subidito de tono? ¿he dicho ya que es bisexual? ¿he dicho ya que describe detalladamente cómo deshace a cada víctima entre sus sábanas?)

Me pregunta sobre mí y yo me encojo de hombros. ¿Estas con alguien? –pregunta. Le miro y respondo que no. En verano intento controlarme, la última vez acabé enamorándome y no salió muy bien, creo que el calor me sobrecalienta el cerebro. ¿Chico o chica? –pregunta ella. Me quedo extrañada y luego vuelvo a recordar que no me conoce de nada. –Chico, chico –respondo sonriendo. Entiendo –susurra justo antes de beberse el último trago de café. ¿Cuánto tiempo te quedas? Exactamente los próximos cuatro días. –Perfecto, entonces te enseño Madrid.

Me lleva al barrio de las letras (amo con todo mi corazón esta parte de Madrid. No podría describir cuántos escalofríos me recorrieron la espalda cada vez que pensaba que Cervantes, Lope, Quevedo o Góngora pisaron en su día el mismo suelo que en ese mismo instante pisaba yo). Nos detenemos, tiene un pisito junto a la Plaza de las Cortes. Justo encima de un bar al que decidimos entrar. Me pregunta si me apetece algo y le digo que me muero de sed.

Me pido una coca cola y ella le dice al camarero que le añada Ballantines. ¡¡Lee mi blog!! No no, imposible, no te flipes Maya. Bueno, a menos ha leído mi perfil. ¡¡Lee mi perfil!! Me mira y me dice si es muy temprano para mi. Le digo que nada es nunca muy temprano si es verano y tiene hielo. Primera copa, primera burrada. No me gusta perder las costumbres.

Han pasado dos horas, deben ser las once y media. Voy etílica pero puedo articular palabras, eso significa que aun puedo controlar los instintos básicos que en este estado suelen controlarme a mí.  

¿Subimos? –me pregunta cambiando el tono de su voz. Yo me quedo mirándola y respondo que a qué. Me clava la mirada y me dice que promete no publicar nada en su blog. ¿Sabéis ese momento en que todo a tu alrededor se detiene? ¿Se para? Pues a mi se me paró en este momento. Se me paró y sopesé los pros y los contras. Los qué dirán y los a quién le importa. Me coge la mano y me saca del bar.

Subimos las escaleras besándonos en cada rellano. En el segundo perdemos la camisa. Yo, que aún lo estoy asimilando, no puedo parar de temblar. Me dice que me calme y que si quiero parar. Le miro y le digo que abra de una vez la puerta. Sonríe y busca las llaves.

El piso tiene las paredes pintadas en un color rojo oscuro. Dejamos un rastro de ropa hasta la habitación y entramos. Al ver la cama me paralizo por un segundo, ella se da cuenta y me susurra al oído que no piense.

Tiene un millón de lunares y a mí me encantan los lunares. Es extraño y excitante. Todo es nuevo. Recorro su cuerpo y ella recorre el mío. Baja lentamente dejando a una de sus manos acariciando mi pecho. Cierro los ojos y me agarra con fuerza el pelo. Dios. Vuelve a subir y nos besamos. Inspecciona mi cuello con su boca y yo hago lo mismo. Me quedo por un segundo mirando su cuerpo y sonrío. Hago de su vientre un circuito para mis dedos y se eriza. Vuelve a ponerse encima bajando muy, muy lentamente. Estamos empapadas de sudor y jadeantes. Comienzan los gemidos y me tapa la boca. No da resultado. Me tiemblan las piernas, creo que no las puedo mover. Los brazos apenas me responden y yo le pregunto si es normal. Se ríe y me dice que aun nos quedan cuatro días. La miro y repito,

...que aún nos quedan cuatro días.




PD.1: Post dedicado a Eli y su novia, quienes en el intento de ponerme a prueba anoche me retaron a que no sería capaz de escribir con la misma intensidad y detalles algo que nunca he vivido. Vosotras diréis si lo he conseguido.

PD.2: Dedicado también a quienes dicen que me expongo demasiado. Escribo sólo y únicamente lo que quiero escribir. A veces es real, a veces soñado y otras veces, como ahora, me lo invento. Ahí esta lo interesante.

PD.3: Por otra parte estoy probando la teoría de que cuando hablo sobre sexo suben el triple las visitas. Mañana subiré uno de esos que te salpican el corazón y veremos.


Supongo que ahora os toca decidir a vosotros si he conseguido realismo.

¡Besos y guiños con imaginación para todos!

Mónica Gae.

15 comentarios:

  1. pero que capulla que estas hecha, te juro que pensabamos que no ibas a tener cojones jajajja

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, CONSEGUIDO mas que de sobra, no volvere a llevarte la contraria nunca. Mas de uno se habra tenido que dar una ducha fria despues de esto.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo 1: (para el/la anónima de arriba)

    O más de una...

    ResponderEliminar
  4. Cuando empecé a leerte sólo hablabas de amor y a dios pongo por testigo que me enamoré de ti, Maya o Mónica o "M" como alguna vez te has hecho llamar. Tus últimos post son diferentes y no se si has cambiado o sólo lo aparentas, pero me encantas cada día más. No sé quien es Paul, pero de Maël y Aytor si que habias hablado antes y tengo que decirte que me compadezco de ellos. ¿Cómo se asume que se ha estado con alguien como tú y que te han perdido? Yo no podría evitar hacer el resto de mi vida comparaciones, serías tú y todas las demás. Y nadie se acercaría.

    Te sigo y te seguiré leyendo. Y viendote algun dia de lejos por la universidad.

    Atentamente, Anónimo 3.

    ResponderEliminar
  5. Perdón, anónimo 4.

    ResponderEliminar
  6. buenisimoo!!! por un momento pensé... mi hermana esta soltera jeje un cordial saludo de tu vecino albert xD

    ResponderEliminar
  7. Hablar de sexo es tan liviano y chocante como tomar café sin azúcar.

    Yo lo llamo santa moralidad -en un privado y locuaz guiño a nuestra amiga la subcultura cristiana-, nos ha impuesto su rechazo y nos ha enseñado a leerla, a vivirla a escondidas, y supongo que gracias a ello pasaríamos horas hablando sobre sexo.

    No estás nada mal, nena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Por qué acabo de leer este comentario? Ya ni de coña leeras mi respuesta, pero tu forma de escribir me resulta más que familiar........¿quien eres?

      Eliminar
  8. He leído algo, me gusta el Blog.

    Y esta entrada quizá la que más, seguramente sea por morbo. (?) ;)

    Sigue así. Un saludo!

    ResponderEliminar
  9. Un texto siempre puede ser real o ficción, una mezcla de ambos e incluso una exageración. Solo la escritora lo sabe, el lector debe interpretarlo... A mi me ha gustado el relato, si no fuera por los postdata metería la mano en el fuego que es cierto. Porque no puede serlo? Porque Maya es hetero y se acaba liando con Beth que es bisexual? las reglas del juego cambian a cada momento, puedes encontrar personas que te atraigan, que produzcan una química especial entre ellas. Un poco de atracción sexual, un poco de alcohol y una pizca de experimentación puede llegar a este bonito relato en el que se encuentran dos personas, igual no tan diferentes como nos quieren hacer creer.

    Monica... lo has bordado ;)

    ResponderEliminar
  10. Despues de oir alguno de tus audios en ytb, leer esto con tu voz resonando... en fin.. me gusta como escribes y mucho mas como queda con tu voz. Y lo mejor es que no se como he llegado a este blog. Vivan las casualidades!

    Siempre adelante, menos en el autobus;)

    ResponderEliminar
  11. Joder, aunque pareciera un poco surrealista, yo me lo estaba creyendo!! A la vez pensaba.. qué suerte tienen algunas jeje. Me guardo tu rincón en mi blogroll, me gusta cómo escribes :)

    ResponderEliminar
  12. me encanta como escribes, hay algunas que se piensan de verdad :)

    ResponderEliminar
  13. Me quedo con que es real... y si está subido de tono a mi se me subieron dos tonos más!! jajaja lograste el cometido.
    Saludos!!

    ResponderEliminar

Ballantines & Coca-cola