sábado, 28 de enero de 2012

Paul.

Diciembre:


Hace apenas cuatro horas he terminado con lo que creí que era el amor de mi vida.

Vale, si, ok, stop. Sé que tengo veinte años. Pero también sé lo que sentí la primera vez que rocé sus labios, la primera vez que toqué su piel.

¿Que cómo estoy..? Después de colgar el teléfono sólo quería salir de mi habitación. Salir donde fuera, conducir sin dirección hasta llegar a ningún lado. Conducir siempre me hace pensar en todo aquello que nunca me atrevo a escribir. Supongo que por eso necesitaba sentir el aire frío recorriendo cada recoveco de mi cara. Debían hacer unos ocho grados, lo justo para calentar la indiferencia que intentaba fingir.

¿Que cómo estoy..? Ahora mismo, con los ojos encharcados. Siento que nadie podrá llegar a quererme sin fecha de caducidad, soy una absurda hoja en otoño. Me siento como un juguete roto al que ni siquiera intentan ponerle pilas.

Dime una cosa, necesito saber qué piensas. ¿Por qué nos empeñamos en encontrar una y otra vez a ésa persona si somos perfectamente conscientes de la probabilidad que hay de fracasar en el intento?

Son las cuatro de la madrugada y creo que no me quedan fuerzas, que las he agotado todas intentando no ocultarte ni el más ínfimo de mis defectos para que pudieras conocerme. ¿Y ahora qué? ¿Se supone que debo aceptar que el amor implica pequeñas mentiras que lo hagan perfecto? Yo no quiero un amor perfecto. Esta noche, mi corazón es infinitamente más ateo que yo.

¿Que como estoy..? Acojonada. Estoy muerta de miedo. Siento que en cualquier momento empezaré a echarte de menos y nunca podré dejar de hacerlo. Siento que en cualquier momento voy a querer besarte y ni siquiera podré escribirte un whatsapp diciéndote lo muchísimo que me gustaría que me abrazases toda la noche. Quiero abrazarte. Quiero besarte. Te echo de menos.

Pero pasará, y yo volveré a creer en todos esos estúpidos finales felices que algún día se colaron en mi cabeza sin preguntar si quiera si estaban invitados. No lo estaban, ojalá nunca les hubiera dejado entrar. Sólo quiero ser como el resto por un momento, poder levantarme aunque sólo fuera una vez con un desconocido y olor a Ballantines empapando las sábanas. Quiero tener la fuerza de Amie. El valor de Beta. La frialdad de cualquiera de los que me rodean. Pero las migajas de lo que nunca seré se empeñan en mantenerme viva alimentándome noche tras noche sin tener en cuenta que me están volviendo diabética.

¿Entonces, esto es todo? Siento decirte, quien sea que esté leyendo esto, que esta noche no tengo motivos para creer en nada, y mentiría si dijera que me apetece volver a tenerlos.

Esta vez si me rompo, dejarme así.



PD: Sí, es de Diciembre. Tengo la incapacidad de publicar algo en el momento en que aún me provoca insomnio. 

PD.2: Mañana comida con lo suegros de mi hermano. Yo, que normalmente odio por inercia a cuanta tía se le acerca al tierno hijo de mis padres, se me hace raro imaginarme la situación. Ya os contaré.


Y como siempre...
 
¡Besos y guiños (de esos nostálgicos) para todos!

Mónica Gae.  


8 comentarios:

  1. Joder tia, que forma de describir un sentimiento. Si yo fuera Paul.....no se que haria. Pero nos metes en el papel con tus palabras, aunque me repita te lo voy a seguir diciendo, sigue escribiendo asi

    ResponderEliminar
  2. CORRIJO: LOVE SO MUCH IT!!!

    ResponderEliminar
  3. Paul tiene corazón? algún día te quiso realmente? cómo es Paul? sabe lo que se pierde o solamente le gusta "jugar"?
    De cualquier manera, expresas tus sentimientos que logras que parezcan nuestros, de tus lectores, y eso es un don maravilloso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Paul tiene uno de los corazones más grandes que he visto nunca, y si, cuando tuvimos que querernos nos quisimos anteponiendo cualquier obstáculo (y con obstáculo me refiero a empezar una relacion Valencia-Murcia sin conocernos previamente). La distancia es lo único que hizo que nos separásemos, ambos sabemos que si estuvieramos en una misma ciudad todo sería diferente.

      Por otro lado, ha sido una de las personas más importantes que han rozado mi corazón y por eso cuando escribo sobre él no puedo hacerlo sin esa intensidad... pero no quiero confundir a nadie, en nuestra historia no hay buenos y malos. Hay dos tontos que se enamoraron en distintas ciudades e intentaron que funcionara.

      PD: sé que esto (que a veces os confundais) pasa por cómo escribo, que a veces ni yo me entiendo y no sé cómo me seguis leyendo sin tener en ocasiones un manual al lado, pero os agradezco de corazón que lo hagais. Hay personas que hablan por los codos, que se emborrachan o se lian con cualquiera para superar las cosas, Yo escribo, es mi manera. Y vosotros sois mi mejor dosis de superación.

      Un abrazo innmenso, Anónimo 4. :)

      Eliminar
  4. Gracias por tu contestación a un Anónimo.
    Creo que aún no has conocido realmente el amor pero está claro que sabes diferenciar sexo y amor, y con tu edad es algo importante. Todo son experiencias que debes vivir, siempre que no os dañéis ni a vosotros mismos ni a vuestras familias. Sigue avanzando y no pares de escribir porque es el mejor desahogo que pueda existir, y lo digo por experiencia de años, aunque tú lo haces de una manera muy especial, llegando al corazón de Anónimos que nada saben de ti pero te sienten como alguien muy cercano. Animo!!

    ResponderEliminar
  5. Yo estoy expectante porque cuentes tu noche de sábado en La cosechera de ayer...

    ResponderEliminar

Ballantines & Coca-cola