domingo, 24 de junio de 2012

Declaración de amor y drama.





Escribir sobre ti me resulta tan complicado… ¿cómo podría describir a la mismísima perfección sin insultar con corrientes adjetivos el sabor que tiene besarte en mitad de la noche?

¿Cómo podría explicarte, que la realidad en tus ojos me refleja, y me asusta, y me acojonas cada vez que creo ver que realmente es a mí a quien miras y no a una imagen estereotipada de un personaje ficticio?

Déjame esta noche ser algo más allá de toda fantasía.. déjate tocar por mis manos con la delicadeza de estar rozando mi más ansiado sueño. Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente…. todo lo que mi corazón ha buscado desde el mismo instante en que bombeó la primera ráfaga de sangre a todo mi cuerpo.

Porque cada uno de mis textos te los he escrito a ti sin haberte conocido, y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos. Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado, tiene la piel más suave que han tocado mis dedos. Tiene el cuerpo y las medidas perfectas para hacerme perder el Norte, el Sur, y cualquiera de mis puntos cardinales. Tiene las manos culpables de que me retuerza cada anochecer, tiene la boca con el nombre del pecado que cometería cada segundo de mi vida.

Yo no te he idealizado, te he encontrado. Y créeme cuando te digo que te veo tal y como eres, tú no eres parte de mi imaginación ni de mis miedos, tú no eres parte de un libro romántico que leer antes de caer rendida ante el silencio de la noche.

Tú no eres veneno.. eres una droga deliciosa por la que morir de sobredosis. Eres la conjunción que une el Invierno y la Primavera. Eres la oración subordinada que subordina cada frase de este texto.

Porque escribir mirándote no tiene precio y sin embargo, pagaría lo que fuera por retenerte en este instante. Y es que la cama aun huele a ti y has dejado la habitación llena del sabor de tu piel. Y yo, que pronto tendré que marcharme y alejarme de ti cientos de kilómetros no puedo parar de pensar en lo extraño de no estar asustada por esto. Quiero gritarle al mundo entero que te tengo, que te he encontrado y que haré hasta lo imposible para conseguir que tú no quieras marcharte nunca. Puedo mover la Luna si me lo pides, puedo juntar continentes si me lo ordenan tus manos.. Puedo ser lo que quieras que sea pero sobre todo, quiero ser el amor de tu vida el resto de nuestras vidas.

Quiero susurrarte en la cama que nunca me rendiré ni me cansaré cuando todo vaya mal. Quiero casarme contigo un millón de veces en la playa y quiero que los anillos sean arañazos en la espalda. Quiero enamorarme en todos los rincones del mundo, empezando por el tópico Paris haciéndote el amor frente a la Torre Eiffel. Quiero perderme contigo en Nueva Zelanda, recorrer Australia, visitar Canadá, Croacia, Atenas y Luxemburgo. Quiero llevarte hasta Marte y allí enseñarte todas y cada una de las constelaciones que yo veo sobre tu espalda.

 Quiero empaparme de tu cuerpo en cada lago con tu piel desnuda.

Seré todo lo que me pidas que sea, soy tuya y puedes hacer conmigo lo que quieras.

Morir tendría tanto sentido ahora que he alcanzado el cielo.. Suena irónico pensar esto y sentir al mismo tiempo la impotencia de no poder compartir contigo más de una vida.

Por eso, de momento, déjame regalarte la mía.


Desde hoy y para siempre,


Tuya eternamente.


Mónica Gae.

jueves, 14 de junio de 2012

Caricias fuera de la carta.

Con cascos, mejor :)


Estoy perdida. Perdida y sin saber a dónde ir. 
Supongo que por eso te busco, Diciembre, ya ni siquiera sé si te conozco. Deberías verme ahora mismo, estoy tirada en la playa y son casi las cinco y media de la madrugada, tengo un nombre entre mis manos que no me atrevo a pronunciar y el corazón envuelto en lo que parece un trapo de astillas. 
Es como una bala que ha perdido el rumbo, y me alcanza cada vez que creo saber quien soy. Saber quien eres. Son casi las cinco y media de la madrugada de lo que parece ser la noche más larga de mi vida,

y esto empieza a superarme. 
La canción que tocabas al levantarte mientras yo preparaba el café no suena igual sin tus dedos. Sin la forma que tenían de acariciar la guitarra mientras yo intentaba hacerte reír. Esto parece ser la noche más larga de mi vida pero…
mañana fingiré tener valor. 
Y mientras el humo de la última calada se cuela por mis pulmones, han consumido como este cigarrillo, las ganas de encontrarte. Necesito gritar, gritar a todo, a nada. A todos y a nadie. A mi misma. El frío del invierno ha conseguido estancarse en todos sus sueños, por mucho que digan que ya es primavera. 
Ya no pienso, ni siento, ni lloro. Las últimas migajas de fuerza las necesito para sobrevivir, sin saber si quiera quién eres. 
No te imaginas cuánto cuesta engañarse a veces. 
Y cómo avanzar, si cada paso es un nuevo obstáculo que no quiero vencer. Si pensar en esto es sumergirme en infinitas preguntas que no puedo responder. Ojalá no te hubieses ido, ojlaá tan sólo hubiésemos terminado, todo hubiese sido mucho más fácil. Pero el despertador siguió despierto mientras yo estaba soñando e hizo su trabajo a la perfección. Supo cómo hacerte desaparecer sin dejar una sola prueba, una sola pista.

Pero supongo que ya es hora de despertarse, y aceptarlo debería ser el primer paso. Olvidarte sin haberte conocido nunca estuvo entre mis planes, pero ahora, paralizada ante el inminente regreso del verano, mentiría si dijera que no te echo de menos. Recordar tus consejos nunca fue tan complicado, nunca, como cuando no quiero escucharlos. 
Respóndeme a esto, seas quien seas, ¿qué se supone que me queda si he olvidado por completo a la persona que solía ser? Un mar repleto de dudas entre castillos de arena en donde guardo mis miedos. Y es que tumbada bajo mis sábanas todo ha sido siempre menos complicado, junto a ti, sería demasiado fácil. Por eso quizás, he inventado la necesidad de necesitarte, contigo como objeto de todas mis noches dejo a un lado todo lo demás. Todo lo importante. Lo que realmente debería apreciar. 
Si te doy un beso y tú apartas la mirada, y con sólo una caricia fuera de la carta, pides la cuenta y te vas. Es la más dolorosa de todas las jugadas: saber que apuestas mi sonrisa a una mano robada.

Si.. Pensar que tú eres el mayor de mis problemas o la mejor adicción que acabará conmigo es el camino fácil que desde hace ya demasiadas noches, recorro sola. Una travesía cuesta abajo, el reto de llegar con vida al otro lado, sin volante, ni frenos. Sin tus manos. 
Porque buscarte a ti, tengas el nombre que tengas, es la mejor escusa para no encontrarme a mi. Y verme, con los ojos cerrados y frente al espejo, en lo que nunca hubiese deseado convertirme. Alguien sin voz y con el único deseo de gritar a todo, a nada. 

A todos, y a nadie.

A ti, y a mi.

(Dondequieraqueestés)

Mónica Gae.

martes, 12 de junio de 2012

Mi amuleto contra el miedo, tus ojos contra mi.


Anoche casi muero de miedo, y de ganas. Sobre todo de ganas, tienes que saberlo.

Debían de ser las cuatro de la madrugada y yo estaba en el salón leyendo mi último capricho de páginas desgastadas. Empezó a soplar el viento y a él, se unieron unos cuantos sonidos de portazos y ventanas. También un apagón de luz. De repente, en el piso de arriba, comenzó a sonar un despertador. Yo, que normalmente me escondo bajo las sábanas hasta que pasa la tormenta, caí en la cuenta de que nadie vendría a ayudarme, a calmarme y decirme lo idiotamente cobardica que puedo llegar a ser. Así que cogí aire, valor, y busqué una linterna.

Mientras subía las escaleras agarrada a mi propio pecho pensaba en la inmensa cantidad de criaturas que podrían haber en aquella habitación oscura, y entonces, lo comprendí. Comprendí que ya no me asustan tanto los ruidos extraños que hace la noche, que el frío puede quemar una piel desnuda y que tu nombre es la solución a todos mis miedos.

Subía las escaleras, temblaba, y pensaba en ti. En cómo sería tocar tus manos, en qué me convertiría si pudiese alcanzar tus labios y en cómo sería decirte que me tienes completamente loca y que no sé qué has hecho para conseguir eso.  Y mientras pensaba esto, dejaban de existir los monstruos, las películas de miedo y las muchas otras que mi cabeza había creado. Porque estabas tú, aunque no estuvieras, y eso me bastaba para dar un paso más. Y otro. Y otro. Y llegar a esa habitación sin luz y buscar con la pequeña linterna el maldito despertador que minutos antes había alzado mi imaginación a la altura de la próxima de Saw.

Pero ahí estaba yo. Y tú, en mi cabeza. Y en mi pecho y en mis manos y en cada una de estas palabras que dudo mucho que leas, pero ahí estabas tú. Y eso me basta. Me basta porque me hiciste pensar que ahora que te conozco no podría pasarme nada, no hasta alcanzarte, y aún no te he alcanzado.

Pero lo haré. Y entonces tendré que buscarme otro antídoto contra el miedo, los fantasmas y los muy diversos seres que alimentan mi masoquista imaginación, pero hasta entonces y de momento, amansas mis pesadillas, te has instalado en mi corazón y puedo subir las escaleras a oscuras, en mitad de la noche, y contigo en mi cabeza.

Y eso, me basta,

ya lo creo que me basta.


Mónica Gae.

domingo, 3 de junio de 2012

Provocando un clic.


Dime tú, y sólo tú,

Si esto que siento es miedo a enamorarme o amor al miedo.

Dime si mis palabras son reales o producto de mi imaginación

-o incluso, en último instante, de la tuya-

Dime si la necesidad de huir de esta pequeña ciudad es fruto de una serie de desastres, o de haberme inventado yo misma, todos y cada uno de ellos.

Dime si realmente quiero encontrarte,

O las ganas de retenerte en un espacio inalcanzable, harán de mis sueños los únicos amantes capaces de abrazarme al caer la noche.

Dime si lo efímero de pensar que estas en cualquier lugar ganaría la partida a la cruda realidad que acompaña estas palabras,

realidad asfixiante cuanto menos siento, 

teniendo en cuenta mi autodestructiva dependencia de intensificar cualquier detalle insignificante a la mayor calamidad carnal que nunca he saboreado.

-Tus manos, las mías.

Dime si algún día podrán conocerse-

Dime de dónde viene el miedo a cruzar una ridícula palabra contigo, y dime de dónde viene el valor para esta necesidad que me oprime el pecho si cae la noche y aún no te he recordado que sigo existiendo.

Que sigo respirando, y que tú te has convertido en el objeto de mis ingenuas, -como poco- fantasías sin ningún sentido.

Sin pies ni cabeza. Y sin manos, ni piernas, ni ojos, ni labios.

Dime, -porque se esta consumiendo el piti y pronto volveré a encerrarme entre cuatro paredes-, si debería pedirte las llaves de ese laberinto que son tus manos y me muero por cruzar.

Porque estoy inmersa en la oscuridad de un folio en blanco que se niega aún a escuchar cómo sonaría tu nombre escrito. Porque no sé si son mis manos las que están acojonadas o soy yo la que teme darles valor.

Porque si escribo, en un jodido descanso de biblioteca, es porque sé que quizás, sólo quizás, veas esta absurda actualización, sientas curiosidad, y la leas.

Y sonrías al pensar que la mínima probabilidad existente de que te este escribiendo a ti, sea para mí la única probabilidad que existe. 

Y hagas un clic que mueva una pestaña en mis “Interacciones” y me saques la sonrisa más tonta que pueda sacar 

por recordarme,

con algo tan insignificante como eso,

que sigues respirando,

 aunque yo no sea el objeto de tus noches, ni de tus palabras, ni de tu poesía.




Ni sea tu musa,

ni nunca llegue a serlo.



Mónica Gae.

jueves, 31 de mayo de 2012

Sin finales tristes ni finales felices. Sin finales.

Con cascos, como siempre, mejor :)



Pasarán los días y dirán que ya es verano, que la primavera le ha vuelto a ceder el turno como cada año. Pasarán los días, y mis manos se volverán de hielo, la playa se congelará y yo volveré a vivir en los pequeños momentos, en los puede ser y en los quizás que no llegaron. (En los muchos otros que debimos evitar.)

Pasarán las horas, y tú te encargarás de sabotear de nuevo mi corazón, avivando la llama siempre el segundo antes de apagarse, de volverse ceniza. Llegarán tus ojos deslumbrando lo que nunca supieron valorar, y yo, presa de algo más que ellos, volveré a engañarme con tus promesas.

Dime, ¿cómo podría evitar volver a entrar en ese laberinto de sábanas? No necesito más caricias de una noche, no necesito despertarme y hacerme la dormida mientras veo cómo muy despacio, intentas escapar de la cama sin hacer casi ningún ruido, parándote siempre un segundo antes de salir por la puerta, como queriendo inmortalizar algo que consciente, dejas escapar.

No te imaginas cuándo duele verte sabiendo que tú crees que sigo soñando. Cómo duele sentir tu respiración un par de veces al año siendo consciente de que quizás, sea la última vez que pueda sentirla.

Se acerca el verano, mientras escribo se acerca el verano.

A veces me gusta pensar que esta vez sí tendré valor para ser indiferente, para no caer en la tentación de tus lunares, para no ensimismarme con los millones de diminutas pecas que acompañan tu nariz, para no volverme de nuevo adicta al movimiento de tu pelo.

Sin embargo, una vez te dije que algún día, sería yo quien se volvería de piedra y sería yo quien escapase a las cuatro de la mañana por la puerta de la habitación.

Y este año ha pasado algo que me ayuda a pensar que ésa vez, es ésta vez. Este verano. Este Julio, Agosto y Septiembre.

-Que ya no quiero ni tengo fuerzas para seguir siendo tu marioneta; que ya he aprendido desnudarme de tus cuerdas.-

Y es que he conocido a alguien y, aunque apenas sabe de mi existencia, sabe que existo. Y eso es suficiente para alimentarme del ritmo de su corazón así como un día me alimenté del tuyo.

“Apenas sabe de mi existencia”, quédate con esa frase.

Porque bien sabes que mientras siga así puedo sobrevivir eternamente a base de sueños. Esta vez no cometeré los mismos errores que cometí contigo, esta vez, mantendré tanta distancia como sea necesaria con tal de que nunca pueda conocer cómo realmente soy.

Como he dicho, no volveré a cometer los mismos errores que cometí contigo.

Esta vez, voy a enamorarme de alguien que nunca intentaré tocar, que nunca podría probar. Voy a enamorarme como debería haberme enamorado de ti, en silencio, muy lejos,

..sin finales felices ni tristes,

Sin finales.



Mónica Gae.


PD: Si os gusta y lo compartis, me haríais un favor grande grande. :)



domingo, 27 de mayo de 2012

Entre sábanas, clavículas, y otras esdrújulas.

Con cascos, mejor :)



Esta noche, quiero que te cueles en mi cama y seas cada palabra que susurre la almohada, quiero que seas poesía, un libro antiguo con una dedicatoria mágica.

Quiero que seas mi invierno todo el año, quiero poder bañarme en tu playa con bandera roja.

Esta noche, serás mi palabra aguda, empezando por la tentación y acabando por la atracción fatal de tu piel, cuando la eriza una canción. Serás mi sed, mi sol, serás mi primera vez un día de Octubre.

Serás mi prohibida constelación.*

Esta noche, serás mi palabra llana, serás mi aire, mi agua y mi fuego, serás el morbo que caliente mis ganas, cuando no nos quede nada. Serás mi delirio de una noche sin Luna, serás cada lunar de mi espalda formando el mapa que te lleve a mi cuerpo.

Serás mi palabra esdrújula, mi éxtasis, mi clavícula. Mi mayor pecado sin despertador que lo interrumpa. Soñaré toda noche bajo las sábanas de tu pelo, bailaremos al son de una canción que nadie, jamás, podrá tocar.

Esta noche, quiero que seas mi libro preferido, el que abandoné en aquella Feria como símbolo del mayor crimen pasional que jamás he cometido. El dolor que nos provocamos debería estar castigado con la peor condena, una en la que ni tu ni yo pudiésemos volver a tocar el cielo.

Pero esta noche, no habrá distinción entre el cielo y el infierno, quédate conmigo y te lo demuestro.

Porque voy a convertirte en una fotografía desgastada con los besos que nunca me dejaste dar. Voy a congelar tu frialdad haciendo de tus manos la mejor pluma con la que escribir en mi espalda.

Déjame soñarte cinco minutos más, esta noche prometo alcanzar tu piel.*

Déjame pensar que tu nombre es la mezcla de todas mis letras preferidas. Mi delirio de media noche, mis ganas dejar a un lado las palabras bonitas para llevarte a mi cama y.. dejar de ser romántica.

Hacerte pecar una y otra vez en las ideas más ocultas que pueda imaginarse tu razón. Hacer el (des)amor y fingir que nos querremos para toda la vida.

Mañana saldremos por la ventana, tu y yo, pero separado. Sin mentiras, ni despedidas, sabes que siempre las he odiado. Huiremos del campo de batalla como responsables de haber provocado la guerra.

Mañana volveremos a nuestro estado original. A soñar con las palabras y a jugar con los papeles. A inventarnos acordes que describan con todo detalle el devastador estado en que nos dejamos.

Mañana, serás tú, y nadie más, mis palabras favoritas entre tantas otras, serás mi aguda, mi llana, mi esdrújula.

Pero esta noche, tus manos no escribirán ninguna, esta noche, tus manos tendrán que hacer exactamente...

...lo que las mías les digan.


Mónica Gae


PD: ¡tengo Tumblr! Ahí escribo sin pensarlo demasiado lo que se me cruza por la cabeza, os lo pongo por si os interesan mis  desvaríos mentales  http://monicagae.tumblr.com/


(Si os gusta y compartis, me haceis feliz) :)

domingo, 20 de mayo de 2012

Mi patético escondite.


Últimamente tengo un presentimiento extraño, como si estuvieras cerca pero no te quisieras acercar.
¿Y sabes? No te culpo. Soy algo parecido a una bomba de relojería que destruye todo cuanto me rodea, aléjate ahora que puedes. Aléjate porque ya he rozado tu piel y desde ese mismo instante no he parado de temblar.

Aléjate, porque estoy apunto de escribir en voz alta que ya te conozco, que te he conocido. Y lo peor, es que fui yo quien no tuvo valor para darse a conocer. Para quitarme este absurdo miedo que me impide hablar, para mirarte a los ojos sin esquivar la mirada.

Tu mirada..

Juraría que son los ojos que quiero mirar el resto de mi vida. Juraría que si no lo son, no quiero volver a mirar otros.

Hoy he jugado al escondite con mi inseguridad, intentando engañarla para no volver a verla. Quería imaginar lo que se siente al poder caminar desnuda mientras las olas juegan a acariciar mis pies. Quería imaginar cómo sería estar en frente tuya. Tus ojos me quitaban una prenda por cada pestañeo, por eso huí después del último cigarro.

¿Te volverías a fumar uno conmigo? La nicotina será el único invitado.

Qué ironía mas ingenua.. siempre acabo asociándote con alguna droga cuando la única droga que lleva tu nombre la esconden tus labios y jamás los he probado. Qué metáfora tan pobre pensar que el fuego derretiría un corazón que no es de hielo. No ahora, no esta noche. No mientras escribo con tu piel entre mis manos.

Tu piel. Mis manos.

Suena bien. Deberíamos dejarles solos, ver cómo se llevan y recogerlos después de un café largo. ¿Te atreverías? A mí me gusta frío, con hielo y mucho azúcar.

Muchísimo.




(Espera, ya esta aquí.)



La inseguridad siempre acaba encontrándome,

….. y yo nunca he sabido esconderme bien.
 


Mónica Gae.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Mi éxtasis auditivo, (tu) voz de terciopelo.

¿Me haceis un favor? Escucharlo con cascos.






A ti, mi música, mi acorde imposible. Mi canción perfecta en una noche de lluvia, la voz de un ángel camuflado en mis oídos. Dime que nunca sellarás tus labios y yo siempre escucharé tu voz, hace tiempo que venciste a mi despertador.

Déjame soñar cinco minutos más, anoche casi pude tocar tu piel, (mañana lo intentaré otra vez.) Mientras tanto, sigues siendo mis buenos días, mis buenas noches y mis medias tintas. El punto exacto de una debilidad dormida.

Eres la nota afinada que desafina con cuidado un corazón sin melodía. -Mi corazón- libre de cualquier ritmo que puedan provocar tus manos.

Cántame despacio que te quedas, cántame que me buscas y prometo alcanzar tu piel. Pecado de terciopelo que sueño con poseer. Lo único capaz de trastocar el mobiliario de mi cuerpo, cada nota de mi inexistente entonación. Yo te escucharé en silencio, a salvo, bajo unos cascos blancos en mitad de cualquier parte. Muy quieta, sin llamar demasiado la atención, buscando sólo encontrar la tuya. Captando hasta el más ínfimo de los detalles de tus ojos.

Nunca vistos..

Porque sé que cualquiera podría enamorarse de una canción, pero yo me he enamorado de lo que no cantas. Del principio y del final de cada historia, de cada sorbo de agua que bebes después de un estribillo agudo. Alguien debería inventar un sentido más para poder contemplarte, de arriba abajo, de lado a lado. Todos y cada uno de los lunares de tu espalda. Préstamelos, los uniré cuidadosamente hasta dibujar nuestra propia constelación. La llamaremos Puntos Suspensivos, acercando a Zero la velocidad de cualquier planeta.

Porque cuando tus manos acarician la guitarra, una parte de mi, en un momento de debilidad, sueño que soy yo una de tus cuerdas. Quizás la que menos utilizas, la que menos rozas, la menos importante.. y sin embargo, tan necesaria como cualquier otra.

Porque entraste a mi vida por mi oído haciéndolo objeto de envidia de mis ojos... por llegar primero. Y mientras, los otros tres sentidos sueñan con conocerte un día.

Dime, ¿podrán conocerte un día?

Supongo que lo mágico de soñar con los ojos abiertos es poder ser más irracional incluso que en los propios sueños.

Y es que algunos te llaman música y yo te llamo dosis durante cuatro minutos, mi chupito diario del aire justo para poder vivir. Yo te llamo éxtasis, tentación prohibida en la que quisiera caer. Ese pecado dulce justo antes de volverse amargo.

Y dime cómo interpretar que los escalofríos que me provocan todos tus movimientos fueran hasta ahora una droga completamente desconocida para mí. Porque empiezan muy abajo, lentos, tímidos a subir con prisa. Porque recorren cada una de las vértebras de mi espalda, llegando a mi cuello y haciendo de él un pequeño mirador donde jugar un rato.

Ese es el mejor momento, ¿sabes? Justo antes de llegar a la nuca. Ahí se desvanecen en el aire esperando la llegada del próximo. Y el próximo, y el próximo.

A veces me causas tantas incógnitas que me asusta pensar en las consecuencias que habría de conocer las respuestas.

De momento, me conformo con lo idílico de idealizarte. Con lo absurdo de soñar con algo que nunca podré probar. De momento, me conformo con permanecer muy callada esperando, que algún día, Youtube patrocine las casualidades más absurdas y esto, caiga en tus manos,

(y por soñar)

...tú en las mías.


Mónica Gae.


NOTA: ¿Alguna vez te ha llegado tanto, tanto una voz, una canción, (una persona), que logra quedarse en algún rinconcito de tu cuerpo sin intención de salir? Pues eso. Dedicado a alguien que dice hacer música; yo digo que fabrica sueños en camas abandonadas. Un día llegó a la mía, a eso de las tres de la madrugada, y lo que empezó con una sola canción se convirtió en cuarenta y dos y hoy, a la misma hora, tres de la madrugada de algún tiempo después, escribo esto.

(Se agradecen opiniones, y si os gusta y lo compartís, además, me sacais una sonrisa. Y si os suscribís... un infarto de felicidad)

:)

Mónica Gae

domingo, 29 de abril de 2012

Delirios de tu boca justo antes de dormir.



Hoy, como cada noche, he mirado el móvil justo antes de meterme a la cama. Me he quedado en pause por un momento y he tenido que encender otra vez el portátil. Tenía que escribir esto.

Echo de menos tener un whatsapp tuyo diciéndome lo mucho que te encantaría abrazarme hasta que sonara el despertador. Echo de menos hacerme la dura y que me ablandaras con sólo un beso. Echo de menos reírme de ti cuando hacías el tonto, que te rieras tu de mi cuando lo hiciera yo y llamarte patoso.

Últimamente me olvido de todo menos de pensarte.

Creo que quiero aislarme de momentos como este, de pensar en ti teniendo una hoja en blanco cerca. Escribir todo lo que llevo dentro y no poder borrarlo. Escupir como si fuera fuego que te quiero, que aun te quiero. ¿Sabes? Creo que lo que más echo de menos, ante todo y con infinita diferencia, es despertarme en mitad de la noche y darte un beso con cuidado. Poner mi mano sobre tu pecho y sentir que sigues respirando. Acariciarte lentamente captando cada detalle de tu cuerpo y volver quedarme dormida escuchando los latidos de tu corazón.

Esta noche me haría falta un mensaje tuyo diciéndome que me quieres, que aun me quieres. Que me echas de menos o, simplemente, que estas pensando en mi. Aunque solo sea un poco, a lo lejos. Muy, muy poco.

...me bastaría.

(Aunque supongo que sólo es la falta de sueño, no me hagas demasiado caso. Buenas noches...)



Mónica Gae

viernes, 27 de abril de 2012

Impaciente brillo de media Luna




Perdóname, Diciembre. Perdóname por haber besado otros labios, buscando los tuyos. Perdóname por haber acariciado otra piel, por haber creído escuchar tu voz. Perdóname por mi impaciencia, por fundirme en otras sábanas. Mi mirada nunca ha dejado de buscarte, te sigue buscando. Con cada amanecer y en sueños,

sólo te busco a ti.

Perdóname por haber creído querer a otro corazón, ilusa de creer tenerte. Todas mis lágrimas te pertenecen, soy tuya. Te pertenece cada centímetro de mi alma, mi cuerpo, mis sueños y mi futuro. Te pertenezco desde el primer momento en que latió mi corazón. Desde la primera sonrisa, el primer fracaso y la última noche. Nuestra noche. Por eso te amo y por esto te espero.

Te espero, aunque aun no te conozca porque sé que estas por ahí. Te espero hoy, te esperaré mañana y el resto de mi vida. Porque un día serás mío y podré decirte,

..... que te quería mucho antes de saber que existieras.

 

Mónica Gae

 PD: Habrá videos que sólo los suba al canal, estar atentos :)