miércoles, 26 de octubre de 2011

capitulo 12


-¿Te encuentras bien?

Tres. Tres palabras. Tres palabras y un desconocido a cincuenta minutos de cualquier lugar al que salir corriendo. ¿Qué coño estoy haciendo con mi vida? Se suponía que debía tener valor para, por lo menos, intentar sacarte de mi vida.

-No. No estoy bien, ¿acaso estas ciego? Tengo veinte años y estoy a punto de perder las riendas de mi vida por completo, tengo los ojos encharcados y estoy completamente sola en un jodido aeropuerto. Dios, ¿a ti te parece que este bien?
-Me llamo Francis.
-Y yo nomeapetecemoriramanosdeunextrañoestanoche, encantada. Oye, enserio, gracias por preocuparte, no quiero parecerte gilipollas pero me gustaría estar sola. Solo me faltaba ahora ponerme a hablar con desconocidos.
-Bueno, te propongo un trato. Dame 10 minutos y si consigo sacarte una sonrisa me quedo tu pañuelo, al fin de al cabo, se te había caído.  Si no, me subo a mi avión y no te vuelvo a molestar. ¿Qué dices?
-Si resultas ser un psicópata en busca de adolescentes a las que vender en el mercado negro, también me devuelves mi  pañuelo, ¿está claro? Tienes diez minutos.
-Allá voy. Mi nombre es Francis y tengo veinticuatro años. Nací y crecí en Portugal, aunque mis padres son naturales de aquí. Hace cinco veranos conocí a la mujer de mi vida, en Oeiras. Pensarás que estoy chiflado, pero te aseguro que nunca había estado tan seguro de nada. Hace una semana  le compré el anillo más bonito del mundo, era perfecto. Cuando fui a ponerme de rodillas, después de quince minutos del discurso tequerréparasiempre comenzó a llorar. Al principio pensé que era la emoción –en las pelis pasan esas cosas. Pero no. Cuando se calmo me miro a los ojos y me dijo que hacia un par de meses había conocido a un tío, que se habían enamorado. Un par de meses. La verdad es que se parece bastante a ti, solo que ella es rubia. Una hija de la gran puta rubia. ¿Se dice así, no?

-Sí, se dice así. Y oye no te ofendas, pero tienes el sentido del humor en el mismísimo si pensabas que me iba a reír de esa historia, pero buen intento ¿eh?, que fuera rubia casi lo consigue.

-Bueno, no te ofendas tú pero sobre la marcha supe que no te habria sacado esa sonrisa, asique improvisé esta historia suponiendo que así me invitarías a un trago. ¿Lo he conseguido?


(….)

A veces es necesario salir de tu propio cuerpo para poder respirar. Para poder mirarte desde fuera y ver lo patético que resultas. Que resulta todo. Tú, yo. El nosotros que me creí como una idiota de quince años. Es como si me hubieran hecho una brecha en el corazón. Y mientras cualquier mínimo roce con el exterior me desgarra el pecho, puedo observar como sale absolutamente todo mi interior hacia fuera, dejándome vacía de todo lo que un día me compuso. Es la manera más directa de estudiar tu propia anatomía, ¿sabes? A estas alturas podría operar mi propio corazón con un bisturí, un par de gasas y tres botellas de whisky.

(....)

Mónica Gae.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballantines & Coca-cola